jueves, 16 de febrero de 2012

El ciclo

Verso encuartetado, basado en una copla tradicional del siglo XVI.

Nada es esta vida dura,
fenecen bienes y males,
a todos nos cubre iguales
una triste sepultura.

Pensamiento muy extraño
de sociedad de consumo,
no envejecer y a lo sumo
juntar canas con los años.
No nos llevemos a engaño
porque va contra natura
el pretender sin cordura
lograr la inmortalidad,
hay fecha'e caducidad,
nada en esta vida dura.

Es un ciclo vida y muerte
que no podemos parar,
por más que veamos luchar
a la ciencia y a su suerte.
Un animal yace inerte
mas nutre a otros animales,
estés loco o en tus cabales
te llegará tu momento,
muere el triste y el contento,
fenecen bienes y males.

Mueren curas y doctores,
ingenieros y abogados,
los solteros y casados,
arquitectos y pintores.
Mueren músicos y actores,
sargentos y generales,
diáconos y cardenales,
todos en morir no yerran,
y con su manto la tierra
a todos nos cubre iguales.

Pues al menos en este hecho
la vida se muestra justa,
la igualdad se hace robusta
y se transforma en un derecho.
Pongamos airoso pecho
para enfrentar la angostura,
la alegría y la locura
guiarán tu caminar,
y de este modo evitar
una triste sepultura.

Lo que he intentado, al final,
es renovar un verso añejo,
"vino nuevo en odres viejos"
tal como dice el refrán.
Estas frases formarán
una plataforma fuerte,
convicciones que al caerte
te harán recordar el lema:
"pues el único problema
sin solución es la muerte".

Francisco Viveros
Arica
15 de Febrero de 2012

domingo, 5 de febrero de 2012

Si yo fuera presidente

Diseño de Rodrigo Andrade.

Verso por "Tierra de Jauja".

Si yo fuera presidente
no habría más marepoto,
reconstituiría el voto
como un derecho’e la gente.

Los chanchitos volarían,
serían listos los burros
y los billetes en turros
desde el cielo lloverían.
Los curitas se abstendrían
de su conducta indecente,
y cada contribuyente
pagaría justo impuesto,
haría mucho más que esto
si yo fuera presidente.

Velaría con vigor
el buen uso del lenguaje
y no tendría el coraje
de matar a Nicanor.
Jamás pagaría por
obtener de usted su voto,
no habría otro terremoto,
no habría aviones caídos,
no habría más coludidos,
no habría más marepoto.

Y desde arriba hasta abajo,
desde el gran rey hasta el paje,
¡nadie pagará peaje
y todos tendrán trabajo!.
Nadie vestirá un andrajo
y no faltará el poroto,
todos ganarán el Loto
al menos por una vez,
si fuera poco, en un mes
reconstituiría el voto.

Ya me gustó esta cuestión
y me estoy creyendo el cuento,
salto en un pie de contento
y me lleno de emoción.
¡No al lucro en educación!,
¡QUEMEMOS AL INTENDENTE!,
¡pensemos libremente
de la cuna al ataúd!,
¡implantemos la salud
como un derecho'e la gente!

Pido perdón finalmente
pues quizás me propasé
en eso de decir que
“quememos al intendente”.
Lo demás queda patente
y grabado hasta en los huesos,
y sin cometer excesos
rompamos el orden lítico,
con menos presos políticos
y más políticos presos.

Francisco Viveros
Domingo 05 de Febrero de 2012
Camino Concepción - Rere

jueves, 2 de febrero de 2012

Mi viejo

Después de seis años y medio, nos hemos reunido nuevamente tu familia más cercana. Ahora que volvemos a depositar todos juntos flores en tu sepultura, creo que es un buen momento para volver a homenajearte con el poema que te llevaste en tu último viaje:

“Panchulo” o “Pancho A”
para los de la familia,
“Gamo prudente” en los scouts,
“El camello” en el colegio,
“El viejo” para sus hijos,
“El tata” para sus nietos;
varios nombres, sólo un dueño:
Francisco Aníbal Viveros.

Un penquista de corazón
llueva, granice o truene;
amó a la octava región
y por sobretodo a Rere.

La tierra y sus olores
plagaron tu infancia linda,
remolinos de colores
que se mezclan en la quinta.
Travesuras de niños
en medio de los olivos,
recorriendo pastizales,
esquivando lodazales,
cabalgando en un perro
vas saltando los trigales.

Charles de Gaulle te enseñó francés,
Molina Enrique a ser noble,
la universidad tu oficio
y la vida a ser un hombre.

Ya sea Álgebra o Física,
Humanidades o Arte,
en aquello que te afanaras
lograbas siempre destacarte.

Arquitecto de utopías,
alzaste emblemas de unidad
en época prohibida.
¿Quién iba a pensar
que Francisco iba a terminar
azotado injustamente
por el látigo militar?
Confinado en una celda
sin justicia, sin defensa,
aquel estómago hambriento
clamaba por alimento;
un gendarme acude presto
arriesgando su pellejo:
de tomates es la crema
que sostiene ya tu aliento.

Francisco en su vivero
dio la vida a tres flores
y cobijó a una cuarta:
quien escribe estos loores.

Realizaste mil labores
con perfecto desempeño,
pensabas en tu familia
y ponías más empeño:

Con tu lente capturaste
naturaleza indómita,
humanidad insólita.
Con tu mente buscaste
los vestigios del pasado:
orígenes, antepasados.

Trutruka, pifilka, kultrún,
We Tripantu, Nguillatún;
lengua mapuche sagrada
por Francisco estudiada.
Chiguay-antú, Cobquecura,
Curanilahue y Tirúa
atestiguan tu nobleza
con la gente de la tierra.

Montaste caballos blancos,
cartujanos, bayos, negros...
ahora das grandes trancos
cabalgando en campos eternos.

Parezco reconocerlo
cuando me miro al espejo;
profunda pena me invade:
ayer se murió mi viejo.


Francisco Javier Viveros Viveros
Concepción, 4 de Junio de 2005.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Cinco Primos

La muerte nos reunió
en junio de dos mil cinco,
el destino pega un brinco
y a los cinco nos juntó.
Bella vida floreció
a la vuelta de la esquina,
Anto, Ignacio y Carolina
entre juegos y entremeses,
supieron que en cinco meses
otr@ prim@ se encamina.

Francisco Viveros
Concepción, 1º de Febrero de 2012