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Imagen rescatada desde el sitio www.memoriachilena.cl |
Entrevista realizada por Cristóbal Córdova, el pasado 7 de marzo de 2015, en el marco de la investigación para su tesina titulada "El presente de la Lira Popular chilena".
1.
¿Cómo llegaste a conocer la Lira Popular? ¿Cuál es tu relación
con ella?
La
Lira la conocí de manera autodidacta, antes de empezar a escribir
mis décimas en 2010. Sabía que existió ese movimiento, conocía la
tipografía, los grabados, lo típico que cualquier “chileno medio”
sabe por cultura general sobre la Lira Popular (que es bastante
superficial, por cierto).
En marzo de 2010 conocí la décima a través de las “Centésimas del alma” de la Violeta Parra; después me largué a escribir mis propias décimas y luego comencé a investigar más detenidamente en libros y en internet el fenómeno de la Lira Popular: sus orígenes, su contextos políticos, su época de gloria, su decadencia y el “renacer” que ha tenido en estas últimas décadas en Chile.
Lo que yo hago con mi libro y mi blog se relaciona directamente con la antigua Lira Popular: escribo en décimas sobre los acontecimientos importantes del país desde el lugar de aquellos que no tienen voz, los marginados, las voces “no oficiales”. La única gran diferencia es que en vez de imprimir pliegos y colgarlos en un cordel, yo cuelgo mis versos en las redes sociales.
En marzo de 2010 conocí la décima a través de las “Centésimas del alma” de la Violeta Parra; después me largué a escribir mis propias décimas y luego comencé a investigar más detenidamente en libros y en internet el fenómeno de la Lira Popular: sus orígenes, su contextos políticos, su época de gloria, su decadencia y el “renacer” que ha tenido en estas últimas décadas en Chile.
Lo que yo hago con mi libro y mi blog se relaciona directamente con la antigua Lira Popular: escribo en décimas sobre los acontecimientos importantes del país desde el lugar de aquellos que no tienen voz, los marginados, las voces “no oficiales”. La única gran diferencia es que en vez de imprimir pliegos y colgarlos en un cordel, yo cuelgo mis versos en las redes sociales.
Creo
que lo más llamativo es que la Lira Popular es un fenómeno cultural
propiamente chileno y muy reconocible visualmente por los grabados y
por la disposición de los versos en el pliego. Cualquiera que haya
visto alguna vez una imagen de cómo eran los pliegos lo va a
recordar fácilmente.
Otro punto importante a favor son las temáticas que trata y cómo las trata: con humor, con picardía, con juegos de palabras, en el fondo: con inteligencia. Si un verso te provoca risa no es porque contiene groserías, ni un humor “de la cintura” para abajo. Por si fuera poco, para lograr las rimas, la décima te obliga a ampliar tu vocabulario, lo que también puede llevar a los lectores a ampliar el suyo.
Algo que le puede jugar en contra en esta “era de lo audiovisual” es que si lo comparamos con los mensajes de los “memes” o de las viñetas hechas por artistas visuales, para leer un verso completo (compuesto en realidad por 54 versos) se necesita un tiempo disponible y una concentración mucho mayores, elementos son difíciles de coordinar simultáneamente en esta época tan “trabajólica” y con tantos estímulos. Pero poniéndolo en la balanza, creo que son muchos más los pro que los contra de la Lira Popular.
Obviamente
existen elementos de la Lira Popular en la cultura actual, pero están
bastante invisibilizados para la mayoría de los chilenos. Hay un
movimiento muy importante de payadores, cantautores y poetas que día
a día trabajamos por la décima. Por ejemplo, contínuamente hay
Encuentros de Payadores a lo largo de Chile central (Casablanca,
Paine, Codegua,
Portezuelo, etc.) que si bien contienen a decenas de cultores y miles
de espectadores, no llegan a los medios masivos de TV ni a la prensa
escrita. Yo creo que eso claramente es una herencia de la dictadura,
época en la cual se intentó borrar del mapa la cultura popular y lo
poco que quedó se asoció con el estereotipo del huaso “curahuilla”,
sin mucha educación ni entendimiento. Como si lo popular (y lo
rural) fuera sinónimo de gente vulgar y tonta. Nada más alejado de
la realidad. El campo y las ciudades chilenas están llenas de
mujeres y hombres con mucha sabiduría popular, refranes, versos,
canciones, etc. que se han transmitido de forma oral y que se siguen
creando y re-actualizando. Es un mundo que sigue muy vivo.Otro punto importante a favor son las temáticas que trata y cómo las trata: con humor, con picardía, con juegos de palabras, en el fondo: con inteligencia. Si un verso te provoca risa no es porque contiene groserías, ni un humor “de la cintura” para abajo. Por si fuera poco, para lograr las rimas, la décima te obliga a ampliar tu vocabulario, lo que también puede llevar a los lectores a ampliar el suyo.
Algo que le puede jugar en contra en esta “era de lo audiovisual” es que si lo comparamos con los mensajes de los “memes” o de las viñetas hechas por artistas visuales, para leer un verso completo (compuesto en realidad por 54 versos) se necesita un tiempo disponible y una concentración mucho mayores, elementos son difíciles de coordinar simultáneamente en esta época tan “trabajólica” y con tantos estímulos. Pero poniéndolo en la balanza, creo que son muchos más los pro que los contra de la Lira Popular.
3.
¿Cómo ha recibido el público este tipo de trabajo que tú estás
entregándoles? ¿Te han hecho críticas constructivas, destructivas?
¿Qué tipo de temas ha suscitado mayor interés del público y
cuáles un menor interés?
En cuanto al libro, he recibido casi puras flores. Hartos elogios desde cultores de la décima (payadores) hasta personas que por primera vez se acercan a la décima y eso para mí es muy importante, abrir mentes y mostrar cosas “nuevas” a las personas. Me han comentado que es un libro ágil de leer, entretenido y que tiene una opinión y una crítica social muy clara, lo que para mí como artista (poeta y actor) es muy importante, porque yo podría escribir sobre lo lindo que es el cielo, lo bello que es el mar, pero eso no me nace escribirlo, siento que no aporta mucho a la sociedad (aunque también es un tipo de arte legítimo).
En cuanto al blog y mis redes sociales, la gente se identifica bastante con lo que escribo, comentan, comparten mis escritos, me felicitan, a veces me hacen recomendaciones que cambie una palabra del verso, etc. No faltan igual los fanáticos políticos (de ambos bandos) que se han molestado con algunos de mis escritos, pero son los menos. En general la gente ha sido muy respetuosa con mi trabajo y cada vez se unen más seguidores (ya van más de 1.200).
Por otro lado, yo también hago presentaciones en vivo en donde declamo mis versos y en todas ellas he tenido una muy buena recepción del público: la gente se da el tiempo de escucharme, reacciona, participa, se ríe, opina, etc. Es muy interesante lo que pasa en las presentaciones en vivo, me gustaría poder hacerlo más a menudo, pero no siempre existen los espacios para ello.
Sin duda en los versos que más participa la gente (tanto en las redes sociales como en mis presentaciones en vivo) son los que tienen que ver con la contingencia del Chile actual. Yo creo que se sienten reconocidos, se identifican con lo que yo escribo. Una vez, recuerdo que escribí una décima criticando una campaña publicitaria del Transantiago que buscaba encarcelar a las personas que evaden pagar su pasaje; la publiqué, se compartió mucho y recibí como 600 visitas al blog en unas pocas horas, lo que para un escritor poco conocido es todo un “boom”. Hay que escribir casi en el momento mismo que pasan las cosas, porque si ya dejaste pasar un día u horas incluso, ese tema ya pasó y hay otro del que se está hablando. La era digital es así.
No podría decir que haya temas que interesen menos: sólo hay momentos precisos para publicar y otros momentos no tan buenos y eso marca la diferencia en cuanto a las visitas que te llegan y la interacción que obtienes.
En cuanto al libro, he recibido casi puras flores. Hartos elogios desde cultores de la décima (payadores) hasta personas que por primera vez se acercan a la décima y eso para mí es muy importante, abrir mentes y mostrar cosas “nuevas” a las personas. Me han comentado que es un libro ágil de leer, entretenido y que tiene una opinión y una crítica social muy clara, lo que para mí como artista (poeta y actor) es muy importante, porque yo podría escribir sobre lo lindo que es el cielo, lo bello que es el mar, pero eso no me nace escribirlo, siento que no aporta mucho a la sociedad (aunque también es un tipo de arte legítimo).
En cuanto al blog y mis redes sociales, la gente se identifica bastante con lo que escribo, comentan, comparten mis escritos, me felicitan, a veces me hacen recomendaciones que cambie una palabra del verso, etc. No faltan igual los fanáticos políticos (de ambos bandos) que se han molestado con algunos de mis escritos, pero son los menos. En general la gente ha sido muy respetuosa con mi trabajo y cada vez se unen más seguidores (ya van más de 1.200).
Por otro lado, yo también hago presentaciones en vivo en donde declamo mis versos y en todas ellas he tenido una muy buena recepción del público: la gente se da el tiempo de escucharme, reacciona, participa, se ríe, opina, etc. Es muy interesante lo que pasa en las presentaciones en vivo, me gustaría poder hacerlo más a menudo, pero no siempre existen los espacios para ello.
Sin duda en los versos que más participa la gente (tanto en las redes sociales como en mis presentaciones en vivo) son los que tienen que ver con la contingencia del Chile actual. Yo creo que se sienten reconocidos, se identifican con lo que yo escribo. Una vez, recuerdo que escribí una décima criticando una campaña publicitaria del Transantiago que buscaba encarcelar a las personas que evaden pagar su pasaje; la publiqué, se compartió mucho y recibí como 600 visitas al blog en unas pocas horas, lo que para un escritor poco conocido es todo un “boom”. Hay que escribir casi en el momento mismo que pasan las cosas, porque si ya dejaste pasar un día u horas incluso, ese tema ya pasó y hay otro del que se está hablando. La era digital es así.
No podría decir que haya temas que interesen menos: sólo hay momentos precisos para publicar y otros momentos no tan buenos y eso marca la diferencia en cuanto a las visitas que te llegan y la interacción que obtienes.
4.
¿Cómo categorizarías la división de clases que existen en el
Chile de hoy? ¿Cuáles de estos grupos tienen representatividad
política, y notas que llevan sus ideas a la práctica? ¿Hay medios
de comunicación efectivos entre ellos? ¿Desde ellos? ¿Hacia ellos?
La
desigualdad de clases en Chile es un tema abismal, del cual
supuestamente se iba a hacer cargo la Concertación, pero aquí
estamos esperando que llegue la alegría y el “crecer con
igualdad”, pero lejos de eso, la brecha se ha acrecentado. Basta
con recorrer un poco Santiago para ver cómo están diferenciadas las
clases sociales por comunas. Son como pequeños “guetos” dentro
del plano urbano.
Claramente existe un 1% de la población que maneja el capital, empresas pesqueras, forestales, AFPs, Isapres, Bancos, medios de comunicación, colegios e incluso financia campañas políticas y soborna empleados fiscales para obtener sus propósitos (como ha quedado claro con el Caso Penta). En los cargos importantes del Estado (llámase ministros, senadores, diputados, subsecretarios) sólo ellos, sus familias y sus amigos tienen representatividad e imponen su visión del mundo al resto. Anda a que un mapuche o un “chileno medio” se tire a candidato, porque si no tiene el apoyo de estas familias, está sonado; cero opción de salir elegido. Las clases más bajas tienen que conformarse con cargos como dirigentes sindicales, los concejales y quizás ser alcalde de algún pueblo, no mucho más que eso. Ojalá que esto cambie, que la gente se concientice que votar por los mismos y esperar resultados diferentes no tiene ningún sentido.
Por otro lado, la única comunicación que veo entre estas clases sociales es el flujo del capital: los empresarios ofrecen productos y los asalariados se desloman trabajando para poder pagarlos en cuotas, endeudarse y sentir que “progresan”. ¡Ah!, y y también para las elecciones los políticos visitan las ferias, villas y campamentos para recolectar votos. Y sería.
Claramente existe un 1% de la población que maneja el capital, empresas pesqueras, forestales, AFPs, Isapres, Bancos, medios de comunicación, colegios e incluso financia campañas políticas y soborna empleados fiscales para obtener sus propósitos (como ha quedado claro con el Caso Penta). En los cargos importantes del Estado (llámase ministros, senadores, diputados, subsecretarios) sólo ellos, sus familias y sus amigos tienen representatividad e imponen su visión del mundo al resto. Anda a que un mapuche o un “chileno medio” se tire a candidato, porque si no tiene el apoyo de estas familias, está sonado; cero opción de salir elegido. Las clases más bajas tienen que conformarse con cargos como dirigentes sindicales, los concejales y quizás ser alcalde de algún pueblo, no mucho más que eso. Ojalá que esto cambie, que la gente se concientice que votar por los mismos y esperar resultados diferentes no tiene ningún sentido.
Por otro lado, la única comunicación que veo entre estas clases sociales es el flujo del capital: los empresarios ofrecen productos y los asalariados se desloman trabajando para poder pagarlos en cuotas, endeudarse y sentir que “progresan”. ¡Ah!, y y también para las elecciones los políticos visitan las ferias, villas y campamentos para recolectar votos. Y sería.
5.
¿Se puede revivir la Lira Popular Chilena como medio de comunicación
masivo para ayudar a transmitir nuestra cultura o existen condiciones
culturales que lo hacen inviable?
Cuando
tienes un sistema educativo privado con un apéndice fiscal, tan
limitado, tan sesgado a sólo sacar altos puntajes en la PSU y en el
Simce, prácticamente sin educación artística, sin educación
cívica y casi sin filosofía... es muy difícil. El objetivo del
sistema educacional chileno es formar profesionales funcionales a la
sociedad de mercado y que ojalá no tengan mucha opinión y si la
tienen, que se queden calladitos, todo lo contrario a lo que es un
poeta popular. Los poetas de la Lira Popular escribían, imprimían
sus pliegos y se ponían en las plazas, mercados, estaciones de
trenes, etc. a venderlos ellos mismos, a viva voz. Es decir, eran
sujetos pensantes, ciudadanos opinantes y que ocupaban un espacio
público para difundir sus ideas con un formato altamente artístico,
con una opinión crítica muy interesante.
Yo creo que habría que pensar a largo plazo: refundar el sistema educacional y con los egresados de ese sistema, hacer algo interesante. Antes, sinceramente, lo veo muy difícil.
Yo creo que habría que pensar a largo plazo: refundar el sistema educacional y con los egresados de ese sistema, hacer algo interesante. Antes, sinceramente, lo veo muy difícil.
6.
¿Qué estrategia es la más adecuada para llevar a cabo su resurgir?
¿Qué formato debe adquirir? ¿Qué mensaje transmitir?
Yo creo que las redes sociales, con sus virtudes y defectos, son una excelente plataforma para difundir este tipo de trabajos, porque tiene muy bajos costos para el creador y el público objetivo es amplísimo. Por ejemplo yo me cuelgo de los “trending topics” que andan dando vuelta y con eso armo una o dos décimas y las comparto lo más rápido posible. Así puedes llegar a cientos, a miles de personas que no conocen tu trabajo y se pueden interesar en él. Además, tampoco descarto que para la próxima Copa América en Concepción imprima algunos pliegos y los ofrezca cerca del estadio para chilenos y extranjeros. Creo que sería una experiencia interesante de realizar.
Por otro lado, si no existiera el 19% de impuesto al libro, se podrían imprimir también muchos más libros, pero es muy caro. Yo imprimí el mío con puro financiamiento colectivo, sin capital, pero es un gran esfuerzo de tiempo y energía hacer una “cruzada” de recolección de fondos de ese estilo, que por el momento, no estoy motivado a repetir.
Ahora, hablando desde una perspectiva más general, creo que hace falta un trabajo a largo plazo mancomunado entre el Estado (más allá del gobierno de turno), los cultores de la décima y profesores, colegios, para enseñar este arte a niños, jóvenes y cualquier persona que se interese. Por ejemplo, en Cuba el Ministerio de Cultura financia más de cien talleres de improvisación en décimas distribuídos por toda la isla dirigidos a niños y jóvenes y los trovadores y decimistas cubanos lógicamente son abundantes y muy buenos. Dicen que la práctica hace al maestro y en el mundo de la décima esa máxima también se cumple. Si no hay praxis continua, es mucho más difícil mejorar.
Los mensajes a transmitir son tantos como poetas populares existan. Cada poeta va a escribir desde su contexto, su biografía, sus opiniones y en ese sentido, creo que no se puede unificar un único mensaje troncal. Para mí, mientras la décima esté bien escrita y cumpla con la rima y el octosílabo, todo vale.
7.
¿Qué recursos actuales de la cultura popular pueden incluirse en la
impresión de estos pliegos?
Yo
no soy artista visual, por lo que no es mi campo, pero me imagino que
sería bueno rescatar todo este movimiento de los “memes” de
internet y tomarlos como fuente de inspiración o incluso incluirlos
en los pliegos. Es impresionante la creatividad y la rapidez de los
chilenos y chilenas para viralizar “memes”.
8.
¿Puede la Lira competir, siendo un medio confiable de información,
en la medida que es crítica? ¿Puede ser un recurso que esté a la
altura de LA ERA DE LA INFORMACIÓN?
Cualquier
medio de comunicación tiene una línea editorial y defiende un
discurso propio (aunque no lo digan explícitamente). Desde ese punto
de vista, cabe preguntarse quiénes consumen la información de esos
medios, quiénes lo consideran “confiable”, a quiénes critica
ese medio, etc.
En
este sentido, me parece que cualquier medio de comunicación va a
tener un nicho de receptores potenciales: según mi experiencia, la
Lira Popular actualizada podría tener un público objetivo muy claro
entre los jóvenes y adultos jóvenes que tienen una opinión más
crítica de la sociedad, más “liberal” y que no se quedan
simplemente con la primera información que le entregan los medios
masivos legitimados por la oficialidad; aquellos que buscan
información en medios alternativos, en internet, en radios
comunitarias, etc.Eso sí, creo que esta “nueva Lira Popular” no debería limitarse sólo a los pliegos impresos. Debería sí o sí tener presencia en internet y en las redes sociales.
Francisco Viveros.
La Ira Popular.
Concepción, sábado 7 de marzo de 2015.
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