miércoles, 24 de marzo de 2010

Centésimas del alma – Violeta Parra

Portada del disco "Décimas y centésimas" de Violeta Parra.

En internet sólo existía la transcripción de las centésimas desde la 1 a la 100. Realicé la transcripción de las centésimas desde la 178 a la 300.
¿Alguien tiene información de las centésimas desde la 101 a la 177?

Ciento setenta y ocho alas

yo tengo para volar

ciento setenta y nueve has

de sufrir para contarla

ciento ochenta pa’ atajar las

horas habrís de correr

angustias y de padecer

y muy terribles apuros

y aún ciento ochenta y uno

pesares por suceder.



Ciento ochenta y dos senderos

me faltan amado mío

por encontrar los sentíos

que sufro con desespero

ciento ochenta y tres luceros

me brillan con tu retrato

y los ciento ochenta y cuatro

relámpagos que persigo

son los ciento ochenta y cinco

pecados que me delato.



Me está faltando la juerza

para el ciento ochenta y seis

a ver si perdonarei

la falla de mi cabeza

mas conservo la certeza

porque el ciento ochenta y siete

es quien se atreve y se mete

con el ciento ochenta y ocho

que entre arpillera y gangocho

no hay diferencia tan juerte.



Mojemos el lapicero

que va el ciento ochenta y nueve

cobrando lo que le debe

la tinta con el tintero

ciento noventa primero

algo tendrá que decir

en esto de ir y venir

el ciento noventa y uno

cabrío, oveja y vacuno

para contar y servir.



Ciento noventa y dos llega

y el ciento noventa y tres

cual un gatito montés

como que pega y no pega

la alverja que no se riega

no ha de llegar a los platos

y el ciento noventa y cuatro

ya va saliendo triunfante

ciento noventa y cinco antes

que me molesten los flatos.



Nombrando la cantidad

que al punto me escucharei

el ciento noventa y seis

sale con gran majestáh

con mucha serenidáh

el ciento noventa y siete

sin dárselas de metete

al ciento noventa y ocho

le dice mientras me abrocho

vamos compaire puntete.



Dos pa’ llegar a la meta

me está faltando relieve

al ciento noventa y nueve

se le aflojó la escopeta

chirriando va la carreta

con alegría y contento

si tengo el merecimiento

quiero arreglar la garganta

y me hei de sacar la manta

para cantar los doscientos.



Ya estoy raspando la voz

porfiando como los burros

aquí va el doscientos uno

tamién el doscientos dos

para sacar el arroz

preciso doscientos tres

quintales de blanca tez

como es el bicarbonato

me sale el doscientos cuatro

sin ningún mal proceder.



Doscientos cinco a la punta

doscientos seis alcanzando

doscientos siete agitando

que se esparrame la yunta

mis bestias toas por juntas

las llevo para el corral

doscientos ocho al canal

doscientos nueve al potrero

doscientos diez al sendero

camino del higueral.



Doscientos diez desengaños

doscientas once mudanzas

doscientas doce añoranzas

me causan terribles daños

de espaldas sobre un escaño

doscientos trece pensares

doscientos catorce mares

navega mi pensamiento

doscientos quince elementos

pa’ desgracia de mis males.



Doscientos dieciséis pares

de pañuelitos lloraos

doscientos diecisiete años

al hoyo con los pesares

doscientos dieciocho sales

pa’ los ataques tormentos

y diecinueve doscientos

remedios pal sarampión

y para el mal del amor

son muchos los condimentos.



Doscientos veinte doctores

preciso de consultar

y doscientos veintiún ---

recetas pa mis dolores

doscientos veintidós flores

hei de tomar de agua e’pasto

y doscientos veinticuatro

hei de aspirar a la vez

y el doscientos veintitrés

lo dejo para otro rato.



Doscientos veinticinco era

la cantidad prencipal

doscientos veintiséis par

la cantidad pasajera

dos veintisiete embustera

que al dos veintiocho persigue

duro se pone el coligüe

del doscientos veintinueve

doscientos treinta que prebe

las tripas de los chirigües.



Así como va la cosa

no sé ni del desayuno

con doscientos treinta y uno

se cansa la mariposa

doscientos treinta y dos rosas

florecen como un tropel

mas doscientos treinta y tres

brillando están con sus quejas

y dos treinta y dos abejas

la entretejen su miel.



Bajaron al dios del cielo

doscientos treinta y un ángel

y una hilera de arcángel

doscientos treinta y seis velos

cual más hermosos destellos

lucían lindos aretes

y doscientos treinta y siete

medallas de fino corcho

más doscientos treinta y ocho

precillas y precilletes.



Doncellas de carne y hueso

hay doscientas treinta y nueve

bailando sobre la nieve

bajo un maduro cerezo

doscientos cuarenta besos

le donaremos al dios puro

doscientos cuarenta y uno

al padre que los fundó

doscientos cuarenta y dos

por su querer tan beniuno.



Doscientos cuarenta y tres

flautistas del anfiteatro

doscientos cuarenta y cuatro

manjares de leche y miel

de un pueblo tranquilo y fiel

a su orillita yo me hinco

doscientos cuarenta y cinco

instantes de devoción

que viene bajando el dios

del trono de San Francisco.



Doscientos cuarenta y seis

hermosos querubinetes

doscientos cuarenta y siete

guirnaldas de flor de mei

al paso del Santo Rey

aclara su agua el Mapocho

doscientos cuarenta y ocho

minutos se han de parar

ningún pez ha de nadar

en este día glorioso.



Yo soy una penitenta

y a penitencia me mueve

doscientos cuarenta y nueve

o bien doscientos cincuenta

mirada fina y atenta

paso a los ángeles rubios

doscientos cincuenta y uno

le hacen la ronda triunfal

al único y principal

monarca rey de este mundo.



Doscientas cincuenta y dos

corvinas yo trasquilé

doscientos cincuenta y tres

kilómetros me nadó

la oveja que tengo yo

mares adentro no falto

doscientos cincuenta y cuatro

gallinas ponen a un tiempo

en la pileta de un templo

la noche de San Morato.



No digo ponderación

lo que pasó en el pulpito

doscientos cincuenta y cinco

semanas duró un sermón

se aburre el cura mayor

el sacristán dice amén

doscientos cincuenta y seis

católicos se entremeten

doscientos cincuenta y siete

del cura la culpa jué.



Sonaban más campanazos

que pal valiente dieciocho

doscientos cincuenta y ocho

más otros campanillazos

jamás se oyeron portazos

en este sermón de Jueves

doscientos cincuenta y nueve

se armó la feroz contienda

y al cura ni a lazo e’rienda

del púlpito no lo mueven.



Doscientos sesenta veces

lo hicieron callar los diarios

lo amenazó el vecindario

en vano jué por las nueces

vinieron todos los jueces

piden silencio noturno

doscientos sesenta y uno

naide le calla la voz

doscientos sesenta y dos

el cura sigue en su turno.



Primero jue de rodillas

pero senta’o después

doscientos sesenta y tres

se van templando chiquillas

si juese una maravilla

el sueño llegó en un rato

doscientos sesenta y cuatro

personas se revolvieron

y en el sermón comprendieron

que el cura es un garabato.



Doscientos sesenta y cinco

soldaos del regimiento

más las monjas del convento

mantenías por el Fisco

querían darle un mordisco

al sermonero virrey

doscientos sesenta y seis

le ofrecen darle un moquete

doscientos sesenta y siete

por hablar juera e’la ley.



El templo se hace pequeño

de calor ya me sancocho

doscientos sesenta y ocho

gritaban con gran empeño

m’hijita ya tengo sueño

me deja que me la lleve

doscientos sesenta y nueve

es día de enamorar

y el cura en su sermonear

no come, calla, ni bebe.



Al fin llegaron los pacos

más de doscientos setenta

el cura no se da cuenta

lo agarran de los sobacos

lo hicieron tragar tabaco

al sermonero toruno

doscientos setenta y uno

para atajarle la voz

doscientos setenta y dos

por loco y por aracundo.



En nombre de San Andrés

voy a seguir mi relato

doscientos setenta y cuatro

doscientos setenta y tres

veo que me lo salté

mas pa´seguir yo me achico

doscientos setenta y cinco

se me escapó como ve

doscientos setenta y seis

con esto yo me abanico.



Doscientos setenta y siete

se me encarama en el lape

se me descuelga del chape

ya escrito le digo vete

dispararé como cuete

sobre el pelao morocho

doscientos setenta y ocho

aunque otro lo desaprebe

doscientos setenta y nueve

pa’ no cantar verso mocho.



Doscientos ochenta justo

no se cómo hei de seguir

ya se me empieza a afligir

me está ocasionando susto

doscientos ochenta y uno

también me quita razón

doscientos ochenta y dos

me causa dolor de piéh

doscientos ochenta y tres

me baja una picazón.



Me dicen que ando al garete

yo digo que no torcuato

doscientos ochenta y cuatro

para que naide me rete

doscientos ochenta y siete

ya está cortando las huinchas

hay que aflojarle las sinchas

al doscientos ochenta y seis

amigos como gusté y

cantemos de pata en quincha.



Mañana me voy pal norte

a los campos de Huillinco

doscientos ochenta y cinco

que siento flojo el resorte

ya tengo mi pasaporte

me lo ha prestao un carcocho

doscientos ochenta y ocho

el número de carné

al oficial le diré

con esto me desabrocho.



Se me hace que ya me falla

doscientos ochenta y nueve

lo que me asusta y conmueve

lo mesmo que una batalla

compaire por la chupalla

llegó el doscientos noventa

la frente se me revienta

doscientos noventa y uno

vez que la soga me anudo

pa’ dirigir esta cuenta.



Preciso un buen refrigerio

para llegar al final

ayúdame San Pascual

con tu saber y criterio

pa no quedar cementerio

voy a gritar a lo pato

doscientos noventa y cuatro

lo cantaré con sulfito

doscientos noventa y cinco

lo cantaré con sulfato.



Ya voy saliendo del tete

no ve señor Lopetegui?

doscientos noventa y seis

lo sacaré como flete

doscientos noventa y siete

es número que derrocho

doscientos noventa y ocho

la fuerza me la remueve

doscientos noventa y nueve

como que yo no lo rocho.



Por fin oyentes queridos

la despedida va al punto

casi los vuelvo difuntos

golpeandoles el sentido

han encontrao aburrío

esta mi tan larga cuenta

si les hei causao afrenta

con tanta barbaridáh

perdonen la cantidáh

que ya llegué a las trescientas.



Otra vez dentra mi hermano

mayor da el cuento infinito

y me ha obligao el bendito

a escrebir a cuatro manos

me dijo muy soberano

si soi tan güena pal verso

a ver si haciendo un esjuerzo

me deletreai en tus décimas

una preciosa centésima

más larga que el universo.



Que me demoro le dije

con esa linda tarea

cocinaré una jalea

del roticuaco y el pije

lo único que me aflige

es no disponer de un papel

y ni siquiera un clavel

para sentir su fragancia

que ayuda a toa inorancia

y adorna too mantel.



Acá le empecé el trabajo

lo ya tengo terminao

seiscientos escrituraos

vocablos de arriba abajo

los números a destajo

igual que gallina clueca

les hice bailar la cueca

del uno hasta los trescientos

perdonen mi atrevimiento

que tengo una pata chueca.



Seiscientos versos listitos

en seis horas cuando mucho

hice correr el serrucho

por toos sus dientecitos

el seso lo tengo frito

me suena como campana

me canta como una rana

la juerza me dejó sola

mi cabeza es una bola

que ruea por la ventana.



Imprento la despedía

con un cansancio profano

para entregarle a mi hermano

las décimas escrebidas

cantada y muy afligida

saludo con emoción

con too mi corazón

el que resiste con calma

las centésimas del alma

que me salió de un tirón.

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