La verdadera verdá.
Verso Libre
Les contaré a los presentes
la verdadera verdá,
así llevó la pelá
a nuestros presidentes.
A Manuel Blanco Encalada
lo asesinó el chico Aguirre,
y el Agustín Eyzaguirre
falleció en una ramada
¡Y no se ha sabido nada
de Ramón Freire Serrano!
No era ná de los más sanos,
comentan las malas lenguas
que lo asesinó la suegra
ahorcándolo con sus manos.
El Francisco Pinto Díaz
se fumó todo en el Valle,
y José Tomás Ovalle
murió comiendo sandías.
¡Que mala suerte tenía
José Joaquín Prieto Vial!,
hincha de Fernández Vial,
oscuramente fue muerto
en una riña de puerto
por un hincha de Naval.
Del tal José Joaquín Pérez
se nos perdió todo rastro
se largo pa allá pa Castro
con toditos sus enceres.
El triste fin de estos seres
en mi gran lápiz los meto,
escribo que Bulnes Prieto
se resbaló de una torre,
y que Manuel Montt Torres
se lanzó debajo’el Metro.
Errázuriz Federico
bebió todo el vino tinto,
por metío a Aníbal Pinto
le rompieron el hocico.
¡Dicen que era muy muy chico
Domingo Santa María!
en un saquito cabía
su humanidad entera,
en una aldea costera
cuerpo y saquito yacían.
Finalmente Balmaceda,
que es un caso bien aparte,
del honor es estandarte,
de la patria una bandera,
falleció de forma artera,
engañado con traición,
pues el inglés ricachón
se llevó en la cartera
la gran riqueza minera
de toda nuestra nación.
Francisco Viveros
Santiago, 28 de Mayo de 2010
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