En este momento son
doce horas del día doce,
del mes doce, dos mil doce,
y no hubo terminación.
Mas no sufra decepción
si no vino el Fin del Mundo,
pues se acabó en un segundo
y se volvió a reiniciar,
como vino a presagiar
el profeta vagabundo.
(Si no entendió, vea el video de abajo)
Francisco Viveros
Santiago, miércoles 12 de diciembre de 2012.
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